Hidromiel, recuperando la historia
Desde los orígenes de la humanidad hasta nuestros días, la hidromiel o el hidromiel (* ver nota, más abajo) surgió en un gran número de civilizaciones como la primera bebida fermentada de la historia y, sin duda, una de las más apreciadas.
La hidromiel fue durante mucho siglos la bebida por excelencia de las clases altas. La introducción de los viñedos en Europa por parte de los romanos fue desplazando a la hidromiel en favor del vino, una bebida que pronto se popularizó.
Griegos, romanos, celtas, normandos, egipcios, mayas.... diferentes culturas que apreciaban la hidromiel tanto por sus beneficios naturales y medicinales, muy propios de la miel, como por la energía que proporcionaban.
Se dice que la expresión luna de miel procede de la creencia de que si los recién casados bebían hidromiel durante una luna (28 días), su fertilidad aumentaría y con ella lo harían las posibilidades de engendrar hijos.
La hidromiel tradicional es una bebida alcohólica procedente de la fermentación de un mosto preparado con agua y miel. A partir de ahí, las distintas variantes y la exquisita complejidad que se puede llegar a obtener, hacen de la hidromiel una extraordinaria bebida gourmet.
Las infinitas posibilidades que ofrecen las hidromieles para los maridajes con platos de la Alta restauración fue clave para animarnos a emprender este viaje con Moncalvillo Meadery uniendo nuestras tres grandes pasiones: Apicultura, enología y gastronomía.
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(*) Si bien lo más ortodoxo es hablar de "el hidromiel", en masculino, también se acepta "la hidromiel", en femenino.